Amanece
Frío en los camino, pan duro y
reseco, vasos que rebosan bebidas amargas. No hay posadas, oasis. Muchos días
se despiden con dulces atardeceres, mientras tiemblan los chopos de hojuelas
nuevas, brillantes.
Silencio.
La inteligencia rueda lenta y
pesada, casi vacía. El Norte se oculta, dice poco. Se le da gracias por todo y
no se comprende nada.
Mas camino...
Comienza el hombre por no
sentirse vivir. La luz sobre si mismo, los demás y las cosas, se apaga. El hombre
se va cerrando, todo va a quedar solo.
... .... ...
Agoniza el verano. Los pájaros
van abandonando las ramas. Se quedan con unas pocas hojas amarillas. Este cielo
azul que mantenía se cubre a menudo de plomo. Y por los caminos hay charcos,
algún pájaro bebiendo en ellos, pocos niños.
Me voy a quedar solo: mi amigo
lejos, mi ser desnudo y amargo. Si algún fino libro calentara mis frías
veladas... Escribiré páginas grises. Me sentiré viejo no creyendo en nada. La
nostalgia me punzará el aliento. Me encontraré más olvidado que nunca.
Que en alguna tibia mañana
sonría el sol. Y por la tarde, en alguna tarde de invierno venga mi amigo.
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