Balance


Esta ave ya no canta. Parecía como si coleccionara paisajes, gravando sus sonidos en los discos blancos del papel y en los tubos blancos del papel su pintura varia. Una andadura con mi persona a cuestas entre transparencia y alegría pura y fina que ganaban.
Y de tomar este amplio sol, la piel y los huesos se tornaron morenos. Este rejuvenecimiento no lo contraindico para ninguna frente, para ningún caso.
Naturaleza, que ampliamente me enseñó a amar y a vivir, y mis orejas en sombra endereza de alba primera.
¡Oh, luz, escalas, dibujos y mil acentos!

Que sea el principio de un sistema que
por hoy es lo que más interesa.
Vigilia de Todos los Santos, 1973



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