Carta
José Luis, llega el otoño:
Deja a un lado, aparta de ti la flauta y el
alegre estribillo; o si prefieres dáselo todo a una golondrina para que se lo
lleve lejos, muy lejos y no dudes de que a la primavera te lo devolverá.
El otoño llega con su tesoro amarillo, con su
enfermo y pálido sol, con su cielo de cristales sucios, cubiertos de polvo, con
sus alboradas tiritantes.
Ya pasó lo del jilguero, lo de las flores, lo
de la alegre canción, lo de la estrella.
Y sigue habiendo hermosura.
Piensa en canciones del color de la violeta,
tristes, cargadas de nostalgia.
Y siendo así el encanto y la poesía te cubre
de luz.
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