IV
Lenta pero fatalmente el mañoso se agudiza
entorpeza, - ciego de golpe con andar de borracho -. Se ignoran las cosas:
tristes de manejar oscuro mensaje.
El mar sigue nervioso ondulándonos serena,
apaciblemente y casi se tienen los ojos para lamer sin paladar.
Nosotros os lo entregamos para que lo
degustéis con ávida placidez pero, atended... si el mundo se pone amarillo
nosotros no queremos retrasarnos.
El infantilismo es bastante de propio de los
mayores al desconocerse, orgullosos de su plenitud. Exuberancia expresiva,
expresión muy matizada para nosotros pobre miopes. Luego piensan que nos han
abierto los campos, después, la disipada angustia. Los campos simplemente los
han llenado de baba.
Mi espuela no quiere encontrar ijares.
Perdón, amigos. Mañana podríamos salir al campo y contarnos la vida. Nos
burlaríamos de los labradores y nos contagiaríamos todos de la serena alegría.
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